La espiritualidad es la vida interior. Las expresiones y prácticas de espiritualidad son personales; es cómo tú entiendes el mundo y el universo en tu interior. La espiritualidad no implica ser religioso, ni seguir una serie de dogmas o doctrinas. Es un proceso personal en el que, no obstante, a veces un guía o gurú puede orientarnos y ayudarnos.
¿Por dónde empezar si deseas desarrollar tu sentido de espiritualidad y traerle más paz y armonía a tu vida?
Disfruta de un poco de paz y tranquilidad: trata de crear algún espacio de paz en tu vida y tómate un tiempo para reflexionar. Reza, medita o haz yoga. No tiene que ser diariamente. Incluso buscar un poco de tranquilidad y reflexión al inicio o al final del día resulta beneficioso para desarrollar tu espiritualidad.
Al final de cada día haz el ejercicio de pensar al menos en tres cosas que te ocurrieron ese día por las que estás agradecido. El agradecimiento hace que te enfoques en el lado positivo de la vida y esto te ayudará a sentirte cada vez más alegre y en paz.
El contacto con la naturaleza es siempre fuente de paz e inspiración. Trata de caminar o sentarte a la orilla del mar, en un parque o en otro sitio al aire libre, si es posible donde no haya otras personas que puedan distraerte. Presta atención a lo que te rodea, en vez de perderte pensando en otros aspectos de tu vida. Cada vez que la mente se distraiga con sus pensamientos, haz que vuelva a lo que le rodea y siente la conexión profunda con todo ello. Enfócate en todo lo que puedes percibir con tus sentidos.
Incluir pequeñas acciones en tu día a día te harán sentir más pleno y más conectado con la vida y con tu mundo interior.