La psicoterapia energética es un nuevo sistema de tratamiento en el cual se aborda la solución a un trauma, conflicto o emoción nociva a través de un canal puramente energético, en el que no es necesario recurrir a las terapias convencionales basadas en producir un cambio de conducta en el individuo mediante recursos en los que se utilizan contactos emocionales y el
uso de la mente racional.
Toda información patógena de nuestras emociones nocivas, conflictos y traumas que no ha sido resuelta, procesada, integrada y tampoco ha podido ser drenada, se instala en nuestro sistema energético vital (meridianos, aura y chakras) y en nuestras estructuras físicas (músculos, tejidos, órganos).
Con estos tratamientos se reduce el dolor y malestar físico y emocional al drenar y liberar las emociones negativas que nos afectan. Mediante afirmaciones, taping, EMR y otras técnicas se irá resolviendo este malestar y el nivel energético de la persona aumentará progresivamente. Así se reducen los niveles de estrés y se permite un mayor bienestar y adaptación a la vida.
En la psicología energética relacionamos directamente energía con psique. El mundo en el que estamos influye directamente cada día sobre nuestra energía, condicionándonos en nuestro nivel y capacidad energética.
La relación con el medio condiciona nuestra cantidad y calidad de energía, así como también influyen la calidad y cantidad de alimentos, el agua, la respiración, la luz, etc.
Nuestro mundo mental, expresado en forma de pensamientos y emociones, también modula nuestra energía. Si diariamente estamos empleando mucha energía en ocuparnos de los aspectos negativos de nuestra vida, no nos quedará suficiente energía para realizar otras funciones necesarias para vivir y podremos tener un déficit de energía que nos hará más vulnerables a la enfermedad.
La psicología energética nos permite estar en contacto con nuestro propio sistema energético y equilibrarlo, posibilitando el poder eliminar o paliar las causas de los conflictos e impedimentos psicológicos, que debilitan nuestra energía.
Nuestro cuerpo y nuestras células están continuamente escuchando a nuestra mente, sentimientos y pensamientos. Así mismo, el modo de sentirnos con respecto a nosotros mismos influye en nuestro sistema inmunológico. Si vemos la vida positivamente tendremos más fuerza para vivir. Pero el modo de ver la vida negativamente, reducirá las ganas y energía para vivir. La psicología energética trata pues de que nuestro discurso mental negativo cambie a positivo para que tengamos un mayor bienestar y vitalidad.